LA TRAMPA DE LA SUPERACIÓN
El término "superación", ya entraña en sí mismo la pretensión de tapar, enmascarar, y rizar el rizo de la inconsciencia por pura definición.
Si hablamos de una "super-acción", nos daremos cuenta en seguida de que, la Acción, propiamente dicha, no puede ser superada.
"Super-acción" y "re-acción", veremos que se hallan relacionadas en cuanto a su carácter repetitivo o pretencioso más allá de las connotaciones originales del término, "Acción", que solo puede hacer referencia certera a la emoción, pues emoción quiere decir movimiento y, por lo tanto, incluye la acción de forma ineludible.
La necesidad imperiosa de "superar algo", se ha convertido en nuestra cultura en un recurso muy eficaz para tapar, huir poniendo "tierra de por medio", invertir mucha energía estéril, o utilizar esa "fortaleza de ánimo" que nos llevará a esa mezcla difusa entre el olvido y la fuerza de voluntad, puesta al servicio de la máscara del ego que, esta sí, siempre se empeña en "superarlo todo".
Las cuestiones vitales que nos afectan se identifican, se comprenden, se aceptan y se transforman a través de un ejercicio consciente, donde transformarnos nosotros será la única Acción posible...
A secas.
Sin el "super", delante.
-José Vaso-